Templo de San Francisco
Aquellos que gozan clasificando la arquitectura encontrarán un desafío en la iglesia de San Francisco. Un experto dice que su fachada es «Barroca», otro «Churrigueresca Pura», uno más «Rococco» y todavía otro opina que es una combinación de todos. De cualquier manera, la fachada que da a la pequeña plaza de San Francisco tiene un trabajo detallado en la cantera, abundantemente adornada.
Los santos esculpidos en la cantera son los que los Franciscanos veneran especialmente, con San Francisco en el ápice. El trabajo más eficaz es un Cristo crucificado y la Inmaculada Concepción, al igual que San Juan y Nuestra.
Señora de los Dolores. Otra fachada en el lado Este continúa la mezcla de la escultura religiosa con diseño puro. Su maravilla se encuentra en el trabajo sobre piedra, un arte que alcanzó aquí su máximo esplendor cerca del final del siglo XVIII. Los escultores de esa era lograron la ligereza del encaje y la riqueza de brocado.
La torre se levanta, agraciadamente, sobre las grises almenas. Neoclásica, muestra la influencia de Moorish, y se cree que es trabajo del arquitecto Tresguerras. En el interior se entiende una mezcla de Iónico y Corintio. Otras fuentes atribuyen la referida fachada a Don Lorenzo Rodríguez, autor de El Sagrario y de la Santísima en la Ciudad de México. Adyacente a la iglesia se encuentra el monasterio de San Francisco, con orígenes de principios del siglo XVI.
Su aspecto sugiere la simplicidad espartana de los franciscanos que lo construyeron. Aunque hay algunas excelentes pinturas y murales, el principal interés está en compararlo con la iglesia a su lado. Tienen un siglo y medio de diferencia, y uno puede ver el cambio entre una sociedad pionera y una rica comunidad en la cima de la paz, de la prosperidad – y del despotismo – que pronto serían quebrantados por la revolución.
La venerable iglesia de San Francisco era pagada parcialmente por donativos de las familias locales y parcialmente por fondos adquiridos a través de corridas de toros. El edificio estuvo bajo continua construcción por veinte años, la primera piedra se asentó el 29 de junio de 1779 y se terminó el 13 de abril de 1799.